Triunfo balsámico ante el Sevilla y revolución en los despachos

El Real Madrid sumó tres puntos vitales en el Santiago Bernabéu tras imponerse por 3-1 al Sevilla en un encuentro que tuvo de todo: dominio, sustos y una reacción fulgurante en los minutos finales. El partido comenzó de cara para los blancos, que apenas necesitaron cinco minutos para abrir la lata gracias a Luka Modric, quien, incombustible, marcó el ritmo desde el inicio. Sin embargo, el conjunto hispalense no bajó los brazos y logró meter el miedo en el cuerpo a la grada cuando, en el minuto 54, Erik Lamela aprovechó un despiste defensivo para poner el 1-1 en el marcador. El gol visitante generó momentos de incertidumbre y el partido se volvió bronco, con numerosas interrupciones y tarjetas amarillas para jugadores del Sevilla como Papu Gómez y Nemanja Gudelj, quienes se emplearon con dureza para frenar las acometidas locales.

La pegada blanca decide en la recta final

Cuando el empate parecía inamovible, apareció la mística del Bernabéu y la profundidad del banquillo. Los cambios surtieron el efecto deseado: Lucas Vázquez, que había entrado en la segunda parte sustituyendo a Carvajal, devolvió la ventaja al Madrid en el minuto 79 tras finalizar un contraataque conducido por Vinícius Júnior. Apenas dos minutos después, Fede Valverde sentenció la contienda con un potente derechazo desde fuera del área que se coló junto al palo izquierdo, haciendo inútil la estirada del guardameta. A pesar de los intentos de Vinícius y Rodrygo, que se mostraron muy activos pero desacertados en la definición, el marcador ya no se movería, cerrando una noche que deja buenas sensaciones en lo deportivo pero que abre interrogantes sobre el futuro de la plantilla.

Planificación de una limpieza profunda

Más allá de la victoria, en las oficinas de Valdebebas el trabajo no cesa y la dirección deportiva ya mira al futuro con una hoja de ruta clara: aligerar una plantilla que se considera sobredimensionada. Xabi Alonso, figura clave en la planificación del proyecto venidero para revitalizar al equipo, habría dado luz verde a una serie de salidas estratégicas. El objetivo es liberar masa salarial y hueco en el vestuario para la llegada de un central de garantías y un centrocampista de élite, movimientos necesarios para reequilibrar una escuadra que ha mostrado ciertas carencias a pesar de los resultados positivos.

Nombres propios en la rampa de salida

La lista de descartes incluye nombres de peso que podrían estar viviendo sus últimos meses como madridistas. David Alaba, castigado por las lesiones, encabeza la operación salida al no contemplarse su renovación. Sorprende también la situación de Rodrygo; el brasileño atraviesa un bache de juego y el club no vería con malos ojos su marcha si llegase una oferta importante. Otros casos como el de Dani Ceballos, cuyo salario dificulta su traspaso, y Fran García, que ha perdido la confianza inicial de la que gozaba, también están sobre la mesa. Por último, destaca el caso de Endrick, quien buscaría minutos de calidad y rodaje lejos del Bernabéu, con el Olympique de Lyon perfilándose como un destino muy probable en calidad de cedido.