Los Houston Rockets de 1995: el sexto cabeza de serie que hizo historia en la NBA

A lo largo de la historia de la NBA, lo habitual ha sido que los equipos mejor clasificados se lleven el anillo. De hecho, de los 78 campeones hasta la fecha, 68 eran cabezas de serie número 1 o 2. Solo ocho veces ganó un número 3 y apenas una vez un número 4. Ningún equipo clasificado como 5.º, 7.º u 8.º ha logrado coronarse campeón.
Sin embargo, hay una excepción: los Houston Rockets de 1995, el único equipo que, siendo sexto cabeza de serie, consiguió el campeonato.
Una temporada marcada por la lucha
La campaña 1994–95 de los Rockets fue una auténtica historia de resistencia. El equipo llegó como vigente campeón, pero terminó la fase regular con un discreto balance de 47 victorias y 35 derrotas, lo que le otorgó el sexto puesto del Oeste.
A lo largo del curso, Houston afrontó diversos problemas. Aunque la plantilla mantenía su núcleo con Hakeem Olajuwon —MVP y Mejor Defensor del año anterior—, Robert Horry, Sam Cassell, Kenny Smith y Otis Thorpe, las cosas no salieron como se esperaba.
El equipo arrancó fuerte con un 9-0, pero pronto comenzaron los problemas de química interna, lesiones y dudas tácticas. Thorpe, por ejemplo, obstaculizaba el juego interior de Olajuwon. Ante el riesgo de ver cerrarse su ventana de éxito, el gerente Bob Weinhauer apostó fuerte.
El 14 de febrero de 1995, en un movimiento decisivo, Houston traspasó a Thorpe, Marcelo Nicola y una elección de primera ronda a Portland, a cambio de Clyde Drexler y Tracy Murray.
La llegada de Drexler —amigo íntimo de Olajuwon desde sus años universitarios en los Houston Cougars— aportaba experiencia y anotación (21,4 puntos por partido), pero no bastó para transformar de inmediato al equipo. Houston no logró una racha destacada y finalizó la temporada sin grandes luces.
Primera ronda: victoria ante Utah (3–2)
En los playoffs, los Rockets comenzaron su camino enfrentándose a los Utah Jazz, que contaban con dos grandes figuras: Karl Malone (tercero en la votación al MVP) y John Stockton (octavo). Pese a no tener ventaja de campo, Houston impuso su experiencia y temple.
El quinto y decisivo partido fue clave: Olajuwon y Drexler anotaron juntos 64 puntos y sellaron el pase. Tras tres derrotas consecutivas al final de la fase regular, esa victoria fue el primer indicio de que los campeones no habían dicho su última palabra.
Semifinales del Oeste: remontada épica ante Phoenix (4–3)
En la siguiente ronda, los Rockets se midieron a los Phoenix Suns, que les habían tomado ventaja el año anterior. Con Charles Barkley (sexto en la votación del MVP) al frente, los Suns llegaron a ponerse 3-1. Todo parecía indicar el fin del reinado de Houston.
Pero entonces nació el apodo de ‘Clutch City’.
En el quinto partido, Houston remontó una desventaja de dos cifras como visitante. Luego, aplastó a Phoenix en el sexto partido en casa. Y en el séptimo, con el marcador empatado y apenas 7,1 segundos en el reloj, Mario Elie encestó un triple desde la esquina, el famoso “Kiss of Death”, que eliminó a los Suns.