La Vuelta tiñe de rojo y gualda los Alpes franceses mientras el ciclismo galo sueña con el futuro

El ciclismo está de fiesta en Francia, y no solo por sus competiciones locales. La Vuelta a España protagoniza un hito histórico con su primera incursión en los Alpes franceses, mientras que en el Tour del Porvenir, la cantera local despliega una astuta estrategia que ilusiona a todo el país.
Un ambiente español en el corazón de los Alpes
Miembros de la Guardia Civil colaborando con las fuerzas del orden francesas, decoraciones con los colores de la bandera española por las calles y un inconfundible aroma a paella en el aire. No, no estamos en la Costa del Sol, sino en Voiron (Isère), la localidad francesa que este martes 26 de agosto se ha vestido de gala para acoger la llegada de la 4ª etapa de la Vuelta a España. En una decisión sin precedentes, los Alpes franceses se convierten en el inesperado telón de fondo de la ronda española, que aterrizó en el país galo tras su Gran Salida el pasado sábado en Italia.
Una elección sorprendente con una explicación lógica
“Cuando paseo por la ciudad, la gente está encantada. La Vuelta es el principal tema de conversación, pero todos me preguntan lo mismo: ‘¿Por qué Voiron?'”, comenta Stéphane Valentin, concejal de deportes del ayuntamiento, quien admite que él mismo se sorprendió con la noticia. “Cuando el alcalde se enteró, me pidió que adivinara qué gran evento ciclista íbamos a recibir. Sugerí el Tour de Francia, como mucho el Giro, pero nunca se nos habría ocurrido pensar en la Vuelta”, confiesa a la prensa deportiva. Y es que, si bien la Vuelta partió de Nîmes en 2017 y realiza incursiones ocasionales en los Pirineos franceses, nunca antes había pisado los Alpes.
La razón, sin embargo, es puramente estratégica. “Para celebrar el 90 aniversario de la prueba, queríamos conectar la historia de las tres Grandes Vueltas pasando por Italia y Francia”, explica Kiko García, director técnico de la carrera. “Las tres primeras etapas se disputaron en el Piamonte y, para la cuarta, buscábamos un punto de llegada en Francia tras cruzar los Alpes que no estuviera lejos de un aeropuerto para el traslado de los corredores”. Voiron, a solo quince minutos del aeropuerto de Grenoble-Saint Geoirs, resultó ser la opción ideal. De hecho, fueron los propios organizadores quienes contactaron con la ciudad, a diferencia de lo que suele ser habitual, que son las ciudades las que se postulan para albergar finales de etapa. Tras la llegada, los equipos volarán a Gerona para la contrarreloj individual del día siguiente en Figueres.
Mientras tanto, en el Tour del Porvenir, la estrategia francesa da sus frutos
Paralelamente, en la carrera que mide el futuro del ciclismo mundial, el Tour del Porvenir, la selección francesa está demostrando que tiene un plan. Paul Seixas, la gran promesa del ciclismo galo de 18 años, cedió este lunes el maillot amarillo de líder que vestía desde la primera etapa. Sin embargo, la pérdida fue deliberada y el maillot se quedó en casa, ahora en manos de su compañero Maxime Decomble. Desde la victoria de David Gaudu en 2016, ningún francés ha vuelto a ganar esta prestigiosa prueba, pero 2025 podría ser el año.
Una táctica calculada para proteger a su principal baza
El movimiento fue fríamente calculado por el cuerpo técnico de la selección francesa. El objetivo era claro: que Paul Seixas tuviera un día de recuperación y que el peso de la carrera recayera sobre otros. “El plan era que Paul no diera un pedal de más en toda la jornada y que sus compañeros trabajaran en ataque. Idealmente, queríamos que Maxime Decomble se metiera en la fuga buena”, declaró el director deportivo, François Trarieux, al diario L’Équipe. “Le dije que su papel hoy era fundamental, que tenía que estar en todos los cortes. Y así fue, atacó desde la primera cota para meterse delante y poner en jaque a otros líderes potenciales, dejando a Paul totalmente protegido en el pelotón”. La escapada tuvo éxito y, aunque la etapa fue para el británico Elliot Rowe, Decomble se vistió de amarillo.
Seixas: “He pasado un día tranquilo”
A cuatro días del final, Paul Seixas se encuentra en la 16ª posición de la clasificación general, a 2 minutos y 2 segundos de su compañero. Una distancia controlada y que no preocupa en absoluto al joven corredor. “He pasado un día tranquilo. Controlamos la diferencia para que no se fuera demasiado lejos, colaborando con otros equipos. La estrategia desde el principio era estar presentes en las fugas”, explicó el ciclista del Decathlon-AG2R La Mondiale. Con una etapa de media montaña este martes, es posible que Seixas siga guardando fuerzas, pero nadie duda de que su nombre estará entre los favoritos el próximo jueves, en la decisiva llegada en alto a Tignes 2100.